Este miércoles el Senado de la provincia de Buenos Aires dio media sanción al proyecto de Regulación del Uso de Artefactos de Pirotecnia para uso Recreativo que presentó el legislador Eduardo “Bali” Bucca.
En su discurso el senador agradeció a las miles de familias de todo el país que se fueron sumando a la campaña y la replicaron en sus respectivas ciudades; a las instituciones, a los senadores que acompañaron el proyecto y “a los voceros como Mati Cadaveira, Rubén Sosa, Alexia Rattazzi y, sobre todo, a los comunicadores más jóvenes que tomaron la posta de esta lucha, Ian Moche y Bruno Nicolini y se han convertido en grandes promotores de salud”, expresó Bucca.
“Con esta campaña logramos un cambio de conducta en la sociedad, logramos empatizar y ponernos en el lugar de todas esas familias que la pasan muy mal durante las fiestas, encerrados en habitaciones y conteniendo a sus hijos. Porque entendimos que el festejo termina cuando se le genera un daño al otro”, manifestó el Dr. Bucca.
Es importante señalar que el proyecto fue votado por unanimidad y se tratará en la Cámara de Diputados provincial, para lograr la sanción correspondiente. A propósito el senador destacó que “hoy dimos un gran paso para lograr que se convierta en ley provincial y este será el puntapié para que luego se apruebe en el Congreso Nacional, así beneficia a todas las familias a lo largo y ancho del país”.
El proyecto plantea la prohibición de la venta y el uso recreativo de artículos de pirotecnia de alto impacto sonoro, que dañan la salud y el ambiente, respetando de ese modo y, como expresa el artículo 41 de la Constitución Nacional, el “derecho a un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano”.
“Las personas que tienen hipersensibilidad acústica, no pueden controlar lo que genera el ruido: genera dolor, lo sienten como electricidad, es una cuestión sensorial que desencadena distintos tipos de comportamientos y en las personas con autismo, a veces genera la autolesión”, explicó el médico Bucca.
La estadística mundial dice que 1 de cada 58 niños es diagnosticado con CEA, y según lo expresado por sus familias, son los niños los que más sufren: se tapan los oídos, tienen crisis de llanto e incluso llegan a autolesionarse.