CONDICIONES AGROCLIMATICAS
Luego de la aguda sequía y golpes de calor de Diciembre y comienzos de año, a partir de la segunda quincena de Enero y lo que va de Febrero, se comenzó a recibir lluvias nuevamente en gran parte de nuestra región (se acumularon 190 mms en promedio, entre 75 mms y 275 mms, según localidad). Lo cual trajo alivio y mejoró la perspectiva para el futuro inmediato, aunque el daño sufrido en su momento por muchos maíces tempranos para silo, resultó irreversible.
No obstante, hay que mencionar que el sudoeste y el este de Bs As, continúan bajo complicada situación de sequía, como muestra el mapa de reserva de agua en el perfil que publica el SMN, mientras ha recuperado humedad una parte importante de las regiones lecheras del país.
Para el trimestre Feb-Mar-Abr, en Prov. Bs As, el SMN anticipa probabilidad de lluvias normales o inferiores a las normales, con temperaturas superiores a las normales para la época.
PRODUCCIÓN Y PERSPECTIVAS
La Sub Secretaría de Lechería (SSL) del MAGYP, confirmó un crecimiento de la producción nacional de 13,53% en 2011. Con un incremento de 0,24% en el número de tambos y +15,30% en el volúmen entregado por tambo. Lo que marca un récord histórico de producción y quiebra el estancamiento de una década.
En lo que va de 2012, la curva nacional de producción sigue su normal caída estival, pero situándose entre 5 y 11% por encima de 2011, según la zona que se trate.
En el Oeste se han cosechado maíces con rendimientos en muchos casos del 50% de lo habitual (22.000 Kgs contra 50.000 Kgs de materia verde, y con menor porcentaje de granos). Esto implica que contaremos con reservas mediocres y en menor cantidad, en un año con pronóstico de invierno muy frío.
En la Cuenca, están comenzando las pariciones, y donde llovió bien, se permitió la recuperación de Alfalfas y Festucas, pudiéndose administrar aceptablemente el pastoreo y el suministro de los concentrados.
No obstante, en los tambos se está sintiendo con fuerza la combinación de los mayores costos con el atraso de los precios, que está deprimiendo significativamente los márgenes de la actividad.
Febrero: hora de comenzar una verdadera recomposición de precios
Todos sabemos que enfrentamos un año que será duro. Pero no va a ser el primero, ni el peor. Sabemos que hay una perspectiva de titubeante estabilidad en el frente externo, mucha incertidumbre por la magnitud que puede alcanzar la trepada de los costos industriales, la acotada autorización de aumentos en salida de fábrica contrastante con la permisividad de amplios márgenes en los lácteos para las cadenas comercializadoras, que no todas las industrias tienen la misma capacidad de pago, etc. etc.
Pero también sabemos que la continuidad de este negocio, tiene una base y está en los tambos. Y que la perspectiva futura depende de las buenas o malas señales que reciban, de su intensidad y oportunidad.
Tenemos un ejemplo reciente: cuando los números ayudaron, como en gran parte del 2010, se quebró el estancamiento y se volvió a crecer al 13% en 2011, mostrando que los tamberos saben responder.
Ahora ¿qué vamos a hacer de aquí en adelante? Si como afirmó el CIL, hay suficiente capacidad industrial instalada para bancar el crecimiento y planes de inversión en marcha en nuevas plantas de secado, no tendríamos que detenernos, ni temer el desafío de competitividad que tenemos planteado, y que, entre otras cosas, requiere más leche.
Por eso, pensando no sólo desde el interés de los productores, sino desde el conjunto de la cadena, es que proponemos abandonar las dosis homeopáticas de los aumentos y llevar lo antes posible el precio de la leche a niveles acordes con la posibilidad de darle continuidad al proceso de crecimiento iniciado.
Concientes de que todos tendremos que poner una parte del esfuerzo. Ya que de un lado, alguien tendrá que pagar algo más de lo que previó y del otro, alguien tendrá que cobrar algo menos de lo que esperó. Apostando a que, aunque con menores márgenes,esto servirá para salir juntos hacia adelante.
Es algo que, por supuesto, deberá negociar cada productor o grupo de productores con sus respectivos compradores. Y un buen “disparador” para retomar la Comisión Técnica de Producción-Industria.