Pesan entre 1.560 y 1.740 gramos. Los médicos afirman que la evolución es muy buena. Sus hermanos de 5 y 7 años las esperan ansiosos. Recién serán dadas de alta cuando superen los dos kilos de peso.
A 24 días de su nacimiento, las cuatrillizas marplatenses evolucionan favorablemente en la neonatología del hospital provincial “Victorio Tetamanti” y se calcula que en menos de un mes llegarán a su casa del barrio Las Heras, donde las esperan sus otros dos hermanos, Azul de 7 y Ramiro de 5 años.
“Neurológicamente están muy bien y crecen entre 20 y 30 gramos por día, lo que significa que el ritmo de crecimiento es muy bueno”, contó el ministro de Salud provincial, Alejandro Collia, que ayer se reunió con el director del hospital Tetamanti, Hugo Casarsa.
El neonatólogo Eduardo Antúnez detalló que recién podrán sacarlas de las incubadoras cuando alcancen un peso de 1.800 gramos, compatible con las 38-39 semanas de gestación. Y recordó que las niñas nacieron por cesárea el pasado 4 de julio cuando la madre cursaba la 33º semana de embarazo.
En este momento Luz pesa 1.560 gramos; Yemina, la más “gordita”, alcanzó los 1.740 gramos, mientras que Abril cuenta con 1.660 gramos y Guillermina con 1.725 gramos.
“Ya pesan más de un kilo y medio y los médicos nos dicen que cuando alcancen un poco más de 2 kilos las vamos a poder traer a casa”, contó hoy Celeste, la mamá de las niñas que por estas horas se organiza para recibir a sus cuatro pequeñas hijas.
Ahora va todos los días cada tres horas al lactario del hospital donde se saca leche para alimentar a las cuatrillizas.
UNO EN 600 MIL
A las diez semanas de embarazo, Celeste, de 30 años, y Adolfo Landaburo, de 29, se enteraron, ecografía mediante, que en lugar de un bebé tendrían cuatro. Los especialistas les explicaron que su caso es excepcional, ya que ocurre en uno de cada 600 mil embarazos.
Celeste contó que por su trabajo- ella era mucama en un hotel marplatense-, no había podido disfrutar de los dos primeros embarazos como hubiera querido. “Pero como el año pasado dejé de trabajar, le propuse a mi marido que tengamos otro bebé porque ahora sí iba a tener más tiempo”.
Ahora sabe que aunque no deba cumplir horarios laborales tendrá trabajo las 24 horas. “Todavía no sé como voy a hacer”, confiesa nerviosa y se consuela con que “por suerte tengo la ayuda de mi mamá y de mi hermana, pero no creo que sea suficiente”.
PASO A PASO
Antúnez dijo que cuando lleguen a los 1.800 gramos estarán en condiciones de regular la temperatura corporal. Será momento de pasarlas a una cuna y, en simultáneo, monitorear la capacidad de succión de cada una para evaluar la posibilidad de que dejen de ser alimentadas por sonda y comiencen a tomar teta o biberón.
En general los bebés desarrollan su reflejo de succión hacia la semana 38 o 39 del embarazo pero, en este caso, es posible que les cueste un poco más porque están acostumbradas a la sonda, lo que no les demanda ningún esfuerzo.
“Por eso una terapista ocupacional se encarga de estimularlas con ejercicios para que comiencen a alimentarse por sí mismas”, explicó Antúnez.
Además, el hospital provincial Tetamanti cuenta con un servicio interdisciplinario para dar orientación y contención a los padres de los bebés que pasaron por la neonatología.
“Todos los martes un médico, un trabajador social, una enfermera y psicólogo se reúnen con los padres de prematuros para responder inquietudes e informar a los papás a fin de que no los asalte el desconcierto ante las situaciones que puedan suscitarse una vez que estén un sus hogares”, explicó Hugo Casarsa, director del Tetamanti.
Y aclaró que en el caso de las cuatrillizas la contención deberá ser mayor “porque no es un prematuro el que llega al hogar sino cuatro a la vez”. Por eso el hospital les ofrecerá una sala de internación durante algunas semanas cuando las niñas ya puedan ser dadas de alta.
“La idea es que gradualmente vayan conociéndolas y acostumbrándose a las cuatro bebas pero, al menos al principio, con la contención que brinda el hospital”, concluyó Hugo Casarsa.