CAPROLECOBA

Las condiciones climáticas de relativa normalidad que se vinieron dando hasta mediados de Febrero, trocaron en un desastre, por lluvias excesivas e inundaciones, en gran parte de las áreas lecheras de Córdoba y Santa Fé. Donde ya se han acumulado más de 600 mms desde comienzos de año, con graves daños humanos, sociales, productivos, y sobre la infraestructura caminera, y en general.

En la Cuenca Oeste, mientras tanto, las lluvias del último mes, han sido muy moderadas, e incluso hay algunas zonas con un marcado déficit de humedad en el suelo. Y salvo algunos días, no hubo tanto stress térmico para los rodeos, con la frecuencia del año pasado (hasta ahora).

Hacia el trimestre Marzo-Abril-Mayo, el SMN nos adelanta: precipitaciones normales a superiores a las normales en el Norte y Sudoeste de Bs As, y normales en la franja central de la Pcia., con   temperaturas normales en el Centro y Sur de Bs As, y más altas en el Norte bonaerense.

No obstante que en nuestra Cuenca Oeste, los volúmenes remitidos por los tambos a las industrias cayeron muy suavemente durante el verano, y se muestran bastante estables en la primera quincena de Marzo, en lo global del país, empezamos el año con una baja cercana al 2,5% comparando Enero en 2015 vs 2014. (de acuerdo a la referencia del CIL, en su información a tambo constante).

Esto comenzó a marcar una tendencia negativa, que no esperábamos, y que se vio acentuada por todo lo que pasó después en las principales Cuencas lecheras de Córdoba y parte de Santa Fé, cuya influencia no es posible evaluar aún en su real magnitud. Pero que muy probablemente marque toda la campaña de producción 2015.

Como elementos a favor de los tambos, debemos señalar que las relaciones de precios de la leche con el maíz y la soja, siguen siendo excelentes (aunque no sabemos por qué esto no se expresa también en los balanceados), que muchos maíces para silo han rendido muy bien, y que la cabeza de parición no muestra grandes problemas, con animales que paren en buen estado.

Queda por esperar que mejore la situación de los amigos cordobeses y santafecinos, y el precio de la leche. 

En la Cuenca Oeste de Bs. As., para una leche libre de Brucelosis y Tuberculosis, con 3.60% grasa y 3.30% proteína, que tiene 25.000 UFC, 300.000 CCS, y es remitida a 4.0 ºC. Se trata de una estimación genérica y -como tal- sólo orientativa, referida a algunas de las principales empresas que operan comercialmente en la Región. IMPORTANTE: Se trata de valores estándar “de circular” en “anillo 2” para La Serenísima (no incluye notas de crédito), pero de precios “llenos” para el resto de las empresas. La 1º fila, se refiere a un tambo de 1400 litros / día, la 2° corresponde a un tambo de 4000 litros / día, y la 3º hace referencia a un tambo de 8000 litros / día.

Febrero: En la Cuenca Oeste el precio se mantuvo igual que en Enero

Quizá por la imprevista y grave complicación aparecida para la producción en la región que genera la mayor cantidad de leche del país, por la moderada mejora de la referencia de precio en Oceanía, por el subsidio generado desde el Gobierno para los pequeños productores, o por haber tomado nota que ya no había más espacio para seguir bajando, lo concreto, es que las industrias mantuvieron los precios en Febrero igual que en Enero, al menos, en la Cuenca Oeste de Buenos Aires.

Claro que ahora, tendremos que sentarnos a dialogar, y comenzar a definir los pasos hacia la imprescindible recuperación de los precios a los tambos, (firmes y lo más tranquilos que podamos, para que la cosa tome un rumbo que nos sea útil a todos). Ésto, si aún productores e industriales, no hemos renunciado al crecimiento y desarrollo de nuestro negocio, y ya hemos firmado (inconfesablemente) la rendición.

Sabemos también de la necesidad de que impere la sensatez en las negociaciones de las industrias con los funcionarios, con los comercializadores, y con los sindicatos, ya que cada uno tiene que poner su cuota parte en esto, para que todos podamos salir adelante. Y si no se pueden abordar con la racionalidad necesaria, deberemos aceptar que es por no contar con una distinta y adecuada estructuración e institucionalidad en la cadena. Cosa que, en distinto grado y medida, es una responsabilidad compartida.

En 2002, en medio de la gran crisis, los tamberos alumbramos con lucidez la idea de la Unidad, como herramienta básica para avanzar hacia las posiciones que nos correspondían en la cadena lechera, y poder salvaguardar nuestro negocio.

Fue como una niña, a la que llevaríamos a la escuela, para que se educara y creciera. Esa Unidad, era la "hija de todos", y le prometimos que los tamberos la llevaríamos, la pasaríamos a buscar, y la cuidaríamos siempre.

Pero con el tiempo nos distrajimos, parecimos olvidar la criatura que habíamos comenzado a proteger. Y allí quedó la niña una tarde, en el portal de la escuela, incrédula, esperando por nosotros para que volvamos a buscarla.

A partir de entonces, empezamos a retroceder, como con amnesia, y volvimos a los errores de antaño. Sin haber alcanzado la fuerza que sólo puede dar la participación, la representatividad, el compromiso, la profesionalidad, y la coherencia.